Una carta que nunca llegara a destino.

Hoy es Jueves y llueve a cantaros y como cada Jueves que llueve, te pienso y nos veo ahi, hablando de lo mismo. Reprimiendo el mismo deseo.

Por aqui las cosas siguen igual. En pocos meses termino la carrera de medicina y planeo irme a pensylvania a cuidar de el tio John, ya esta viejo y enfermo y no puede cuidarse solo. Me es dificil afrontar la idea, dejar todo y empezar de nuevo en otro lugar.  No es el viaje lo que me aterra, tengo miedo de no volverte a ver y ya se que me responderias que la vida es un viaje eterno y que se deben tener siempre a mano las valijas y seguro culmanarias la frase con ¨ un dia sin que lo planeamos nos vamos a reencontrar en algun lugar¨
Pero yo desisto de tu idea y abandono el destino porque francamente lo que pase mañana y despues no me es de mucho interes si tu no estas.

No quiero aburrirte ni presionarte con mis ideas de amor frustado pero son los golpes de tu ausencia los que me hacen reclamarte todo el tiempo.

Tu como estas? Que tan grandes estan tus hijos? Les compraste el perro? El Siberian Husky que siempre quiziste e iba a ser el primer regalo de tu primogenito, ese que yo llegue a creer que seria conmigo.

Ya debo alejarme del papel porque en pocos minutos recibo una paciente. Se separo de su pareja hace aproximadamente un año y hace un año le diagnosticamos cancer en la pelvis. No tiene suficiente dinero para mantener los gastos y medicamentos y aunque no lo sabe, tampoco tiene muchas posibilidades de vida. 3 meses como mucho. Aun crees en los milagros?

Cada mañana antes de empezar la quimio me hace la misma peticion, que sigamos localizando a su ex marido y lo pongamos al tanto de su situacion. Desde hace 12 meses el esta al tanto de todo, pero ella sigue esperando encontrarlo en la sala de espera del hospital.

Como yo, que espero todos los dias que irrumpas esta soledad enfermiza.

                                                                                                                                         M.