jueves, 3 de septiembre de 2015

Le quedaban pocos días al invierno.


Estábamos en trabajos distintos regidos por los mismos piratas que se desentienden del local y solo pasan a buscar la "PLATA" ganada. A nosotras nos unía un teléfono, el mío negro del lado izquierdo del escritorio, el de ella el que tenia el a su lado, no se de color ni si estaba a su izquierda o a su derecha, tampoco me intriga saberlo.
Siento que este lugar es un retiro espiritual donde no se tiene noción de nada ni siquiera del tiempo. El acceso al mundo esta bloqueado , sin celular, sin internet, sin imágenes. Detrás del gran vidrio que encierra este lugar veo correr la vida, a las personas, los autos, mis ganas de salir.
Si no ha de ser por este telefono que irrumpe mis pensamientos con ese horrible y ruidoso sonido creo que me adentraría tanto en mi misma que no podría volver a salir.
Me alegra tanto escuchar tu voz, justo antes que llamaras leía Tokio Blues, a veces siento que estos libros me envuelven y se llevan a sus paginas una parte de mi, alejándome de la realidad o haciendo que desee la realidad desgarradora y hermosa que propone Murakami. Antes de sonar el timbre y mientras leía me ataco un pensamiento; Quiero caminar por la calle y conocer un tipo, uno cualquiera, mi pensamiento no se enfoco en que clase de tipo. Quiero que tengamos una cita, ir a un cine de mala muerte y ver una película antigua pornografica. Ya ves... es exactamente lo que acaban de hacer Midori y Watanabe, y yo quiero hacer lo mismo. Me doy cuenta que no solo quiero que estas historias sean reales sino que voy tras ella hasta hacerlas mías.
Sono el telefono interrumpiendo mis planes futuros, ya te dije que tienes el poder de alegrarme el día?
Te hablo de mi elegida soledad y la ilusión de alguna vez enamorarme, sin importar si es el de toda la vida, es amor, y llegamos a la conclusion que no habría que darle tanta importancia porque se pierde el placer de amar. No solo amar, tambien el placer venga de donde venga.
Tu lo oyes todo y puedo sentir en tu voz una ligera pena. Tu también me deseas amor porque tal vez me ría tres veces mas de lo que ya lo hago y así también tu estarías complacida porque a ti te encanta exigirme risas.
Quisieras tener mi solución porque complacer es una de tus mejores cualidades. Será que te complace complacer? Es raro cuando se usa la misma palabra en una sola frase. No será esta frase una cacofonía? Una frase no puede ser cacofónica, suena a cacofonía y el sonar y ser son cosas distintas. Por ej: Ahora mismo mientras escribo hay un gran cantidad de pájaros que pian, o cantan? Todos pian igual pero cada melodía es distinta respondiendo al pájaro que la compone, supongo. Pero a veces el sonido de los pájaros puede ser molesto y repetitivo y en ese caso se vuelve una cacofonía dependiendo como se encuentre el ser que lo escuche, supongo.

Me he dado cuenta de algo, te haz dado cuenta que la mierda y el chocolate tienen el mismo color? No me he dado cuenta así por así, la verdad de los hechos es que me tome un cafe y salí de la pecera a fumarme un cigarro, las consecuencias colaterales, claro, me ha hecho evacuar. Digo evacuar porque al escribir "mierda" mas arriba sentí un poco de vergüenza. Como es que la palabra mierda puede restarle belleza a esta carta pero al mismo tiempo es color chocolate? Con lo delicioso que es el chocolate y lo satisfactorio que es la sensación de cagar.
Este párrafo solo me lo podrías inspirar tu, por ser una  gran maestra en el arte de evacuar.

Me gustaría que aun cagaras en el baño que era nuestro porque mientras lo hacías, mi cuarto que estaba al lado, la conversación era directa y que tu estuvieras cagando o evacuando que al final de cuentas es la misma mierda y que yo estuviera cerca, significaba el inicio de una conversación que terminaría en cualquier parte de la casa probablemente hasta muy tarde entrada la noche.
La casa ya no es la misma, sigue siendo hermosa y mi lugar de paz pero se siente como un cuerpo en estado vegetal, el corazón sigue latiendo pero le falta vida.
Mañana ire a visitarte, aunque por estos años me he convertido en un oso que en los días de invierno solo quiere invernar en su guarida, mi casa que fue la tuya pasa a un segundo plano porque mi hogar eres tu, aun cuando haya una cueva y el invierno me invite a invernar.

Tres de septiembre del dos mil catorce.

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