AY, ESE CORAZÓN TAN CINCO ESTRELLAS…
Por mi ventana solo ladrillos. ¿En dónde estoy? Estoy lejos de él y de ella. Yo creo que nos está esperando, siempre nos está esperando para que hagamos de la nuestras y para que él haga lo que quiera con nosotras. Lo que él no sabe es que ella está en el mar extrañado el asfalto, los árboles en la mitad de una vereda, las flores amarillas que tapizan la calle, ese cielo tan profundamente azul, esos amores que nunca llegaron a buen puerto, quizás porqué el único amor posible era con él. Lo que él no sabe es que no habrá febrero, ni marzo, ni abril con ella, seremos nosotros los que la esperemos, los que no nos acostumbraremos a estar sin ella.
¿Y los domingos? Ahí estábamos los tres, nosotras detrás de una vitrina como peces que miran la vida a través de un vidrio; éramos, cómo diría Cortazar, lentos pájaros fríos. Él estaba afuera, haciéndonos fieros, esperándonos. Muchas noches cada una se quedaba con él y se iba por su lado; muchas otras, ella hastiada le hacía pistola y me dejaba con él y al final siempre volvía porque no le quedaba de otra.
Era un amor agridulce el que ellos tenían, ella lo amaba infinitamente y él, siempre tan nostálgico, le acariciaba el alma. Él era el único que la conocía del todo, era el único que sabía que detrás de tanta alegría había una tristeza parecida al mar, él era su mejor escenario.
Vengo a emborrachar mi corazón
Para olvidar un loco amor
que más que amor fue un sufrir …
Ella debe estar cantando desde su isla, desde ese mar que es su otro amor…
Y aquí vengo para eso,
a borrar antiguos besos
en los labios de otras bocas.
Él no sabe que se ha ido, lo sospecha pero no esta tan seguro. Los dos sienten nostalgia y ahora vamos a ser tres. Dicen que la nostalgia es el dolor del regreso, ella regreso al mar y él regreso a estar sin ella.
Yo también tengo nostalgia …
Nostalgia
de sentir su risa loca.
Cómo no extrañar ese corazón tan cinco estrellas!
Salomè